Hermanos de sangre; hermanos de fuego

No compares la solemnidad con la felicidad,
con la tristeza, el honor, el deber.
Nunca lo sabes,
¿por que?, ¿cómo?
no hay razón valida, cuando estar feliz,
triste...
Esta noche me siento ambiguo, amalgamado, extraño,
¿quién eres?
Lo sabes...
Aunque yo no vivo, nunca he estado muerto, más que ahora.

Volando durante el alba, junto al que antes se hacia llamar compañero,
traicionado, furioso.
Pero ahora debes luchar, debes batallar, vencer,
das vueltas por el cielo anaranjado, y piensas en lo bonito que es volar en tiempos de paz,
ahora la guerra se cierne sobre ti, como una sombra inexorable, inalcanzable, voraz, fuerte....

El era tu hermano, tu amigo, tu fiel compañero.
El es tu enemigo, tu traidor, la vida se define ahora,
quién morirá.
El que deba...

Hermano, que luchas junto a mi,
que luchas contra mi,
sepas que no te odio,
pero te lanzaré directo a las llamas del infierno.

Mis motores son un infierno, mis brazos no responden,
no pienso con claridad; traición nada más.

Juntos hemos volado y compartido,
hermano, por traicionarme no te odio,
sufriremos juntos.
Y te llevaré conmigo.


Juntos, volveremos a las llamas infernales,
los demonios se reúnen,
acabaremos hechos cenizas,
¿por que esperar?
vayamos, juntos pues,
al infierno de donde venimos.

De donde salimos,
gélido hogar de fuego purificador,
allá bajo la luz de mil soles furiosos,
bajo rayos de tormenta de dolor,
sufrimiento y temor.

Volaremos juntos otra vez,
una ultima vez.

No habrá mañana que lamentar,
el sol nos quema,
nos devuelve, allá.

Al infierno, donde dos demonios,
hermanos de sangre,
sentados en una mesa redonda,
quemados por el odio,
el recelo y el temor.

Nos toca morir,
¿pero, quién será el primero?

El cero marca el día,
el cero cuenta,
los momentos que restan para el fin,
porque el fin es ahora,
y ahora es infierno...

!Volveré!